Mañana sábado se estrena por fin en España el documental Ennio: The Maestro, en el marco del BCN Film Fest, y en mayo en cines de más ciudades. Por su duración de 150 minutos y por su contenido, que en buena parte es poco comercial, no tiene muchas posibilidades de sobrevivir largo tiempo en cartelera, pero es esperable que más adelante esté disponible en alguna plataforma. Dirigido por Giuseppe Tornatore en vida de Morricone, desconozco las razones por las que ha tardado tanto en completarse (creo recordar que se hablaba de él hará unos tres años). Probablemente por dificultades con el montaje, y no me extrañaría que Tornatore tenga hasta horas enteras de material, aunque estoy, claro, especulando. Tuve la oportunidad de verlo hace unos días y volveré a verlo este fin de semana porque la cantidad de información y de cosas interesantes -y también altamente emotivas- que aporta es ingente y vale la pena releerlo, como el estupendo libro de De Rosa, con el que este documental establece algunas sinergias.
No voy a dedicar este editorial a disertar sobre el filme, lo que haré de modo detallado y también crítico en un artículo en los próximos días. Pero mientras está disponible el emotivo texto que escribió para MundoBSO el compositor Kristian Sensini, tras verlo: Ennio Morricone desde el corazón. Estoy muy orgulloso de que esta web haya sido el primer sitio en publicar una reseña sobre este testamento fílmico de Morricone más que sobre Morricone, en palabras acertadísimas de Sensini.
Sí diré que de las tres perspectivas que cualquier compositor de cine que sea cineasta puede aportar (la humana, la musical y la cinematográfica) son la humana y la musical las que predominan, y la cinematográfica se circunscribe más a lo histórico y anecdótico que a lo dramatúrgico o narrativo. Pero por encima de todo ello el documental aporta un punto de vista, y vuelvo a las palabras de Sensini, que suscribo plenamente, decididamente italiano, diría que casi neorrealista, y sin un pietismo fácil asistimos al relato de las miles de dificultades que el compositor afronta cada día de su vida, a las angustias, las dudas y los segundos pensamientos. Pero sobre todo, a la determinación de defender su obra, su dignidad y el respeto a la música. Esta dignidad y respeto a su arte es el tema principal de la banda sonora de este documental y lo que Tornatore mejor ha sabido focalizar.
Quiero compartir aquí esta reflexión del maestro, que dice antes de emocionarse:
"Si diez buenos compositores trabajan con el mismo director y escriben la música de la misma película todos escribirán música muy diferente. Este razonamiento evidencia lo difícil que es escribir música para películas, porque si hay diversas soluciones, la parte más complicada del trabajo de un compositor es saber cuál es la música adecuada, cuál se integra mejor. Esta es la agonía del compositor"
La música de cine seguirá viva mientras existan compositores que sufran agonía por encontrar el camino más adecuado en cada película en la que puedan trabajar. Existe demasiada indiferencia, falta de compromiso, de respeto a la música de cine, a las películas y a las audiencias, no ya solo en la industria sino también en compositores a los que la única parte de la película que realmente les interesa es aquella donde aparece esplendoroso su nombre. Y porque estos no se sentirán identificados con el sentimiento de Morricone, hay que ponerlo como ejemplo una y cuantas veces haga falta. Solo por esto el documental ya es absolutamente necesario.