Una mujer se somete a un tratamiento de cirugía estética para corregir su rostro deforme, con la esperanza de no ser condenada a vivir aislada con personas con sus mismas características. Pero la operación falla.
El compositor recurrió para este episodio a una partitura en dos fases: una primera, aparentemente más pausada, en la que las arpas daban una apariencia de normalidad; la segunda -cuando la verdad se desvela- adquiere tonos más tensos, casi histéricos, con música intensa surgida de una tuba para acompañar la huida y el terror. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Bernard Herrmann. The Twilight Zone (99).