Un joven regresa a Austria para tomar posesión de su herencia. Se instala en el castillo de un antepasado suyo, un sangriento barón que fue condenado por una bruja a la que había ordenado quemar, y la lectura de unos encantamientos hace que el barón regrese para continuar sus salvajes matanzas.
Partitura gótica, llena de tensión y violencia, en la que el compositor trabajó con orquesta y música electrónica, a fin de remarcar lo caótico, sin apenas espacio para lo melódico. La música del filme es de Stelvio Cipriani, pero en la distribución norteamericana se sustituyó por esta creación. Se acompaña de La maschera del demonio (60)