Maravillosa lección de una no menos maravillosa película, que recomiendo encarecidamente a todo el que aún no la haya visto. Imposible no emocionarse hasta los tuétanos con la historia de Gelsomina y Zampano. Y como bien refleja el vídeo, contiene uno de los usos más certeros e importantes que pueda haber tenido nunca una composición para una película (al menos, en cuanto a trascendencia en la trama y en el devenir de los personajes). Aquí la melodía que el loco transmite a la pobre Gelsomina casi se convierte en algo físico y palpable, algo así como una esfera de luz que arroja esperanza y que la mantiene con vida, y algo con lo que ella intentará comunicar sus sentimientos. Por eso es aun más memorable esa última escena, cuando Zampano lo entiende por fin todo y la melodía se derrumba sobre él casi como una roca gigante. En muy pocas ocasiones la música ha conseguido tal nivel de "corporeidad" que aquí, y de transmutación con un personaje. Ello da idea del nivel de entendimiento y comprensión que consiguió Rota con Fellini, algo de otro planeta. Fabuloso.

Y espero con ganas atroces la próxima lección, una de mis bandas sonoras favoritas de Williams!.