Recuento de los trágicos acontecimientos de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, cuando un ataque terrorista derrumbó las torres gemelas y un grupo de esforzados bomberos hicieron lo indecible por salvar vidas.
El compositor acompaña los trágicos eventos con una partitura que une lo etéreo con lo elegíaco, en una creación contenida, emotiva, que se sustenta en la simplificación melódica e instrumental, destacando el uso de piano, cello, voces y, también, de algunos efectos electrónicos. Lo concluye de modo más triunfal y optimista, pero no pierde en ningún momento un tono muy respetuoso que es también elegante.