Adaptación de la obra de Shakespeare.
Cuando Roman Polanski preparaba el filme solicitó la colaboración del grupo, con el propósito de dar cierto empuje comercial a su filme. Aunque eran muy conocidos por sus improvisaciones musicales, fue obligado por los productores a ser mucho más melódicos de lo que era habitual en ellos, pero aún así trabajaron en base a lo atonal a partir de influencias arábigas que sirvieron para dar un cariz algo agresivo a la película. De todo lo creado (que se recoge en esta edición), se utilizó únicamente una ínfima parte, en la que el realizador no tuvo poder de decisión ya que la película le fue arrebatada por los productores, deseosos de rentabilizar costes. No sirvió para nada y todo acabó en un desastre. El grupo no volvió a trabajar en el cine.