Tras sufrir un accidente de coche en el que muere el hijo que lleva en las entrañas, una mujer cree ser acosada por unos demonios.
Una cálida y afligida voz femenina lidera el tema principal de la banda sonora, una melodía dramática que entrelaza otros temas de tipo críptico, misterioso, obsesivo, en un contraste que refuerza la pugna entre lo humano y lo demoníaco. Se destaca también por el empleo ocasional del sitar, dando un toque exótico al conjunto.