Tras secuestrar a una niña de nueve años y ocultarla en una vieja escuela abandonada, los secuestradores caen presa de un terror que ocurre periódicamente en el siniestro lugar: una sed de sangre que se despierta el primer día de cada primavera.
Banda sonora de género en la que la compositora aplica los códigos habituales, pero de manera elaborada y refinada: hay música para recrear un ambiente tubador, caótico y angustiante, y música dramática para expandir por todo el entorno un moderado sentido de aflicción. En la combinación de ambos elementos se logran los mejores resultados.