Un magnate ha creado una fundación para limpiar su imagen tras ser acusado de comportamientos inadecuados y abuso de poder. Cuando conoce a una camarera en su gala de recaudación de fondos, saltan chispas y la invita a pasar unas vacaciones en su isla privada junto con su grupo de amigos. Todo son sonrisas, drogas y alcohol. Pero cuando empiezan a suceder cosas extrañas, ella y una amiga intuyen que algo está mal en ese lugar.
Reseña de Javier González:
La película cuenta con gran número de canciones preexistentes, la mayoría música funky de los años 70. Su uso en diégesis para ilustrar las escenas de fiesta y desenfreno es convencional, pero más interesante es la aplicación de varias canciones de James Brown estrechamente relacionadas con el carácter y la fortaleza de la protagonista, Frida. La utilización de una canción de Beyoncé en un momento relevante del tercer acto no resulta tan acertada, ya que se prioriza el efectismo y la estética por encima de la coherencia o narración musical.
La música original tiene un estilo moderno, con influencia, según palabras de la propia compositora, del rock shoegaze. Es una mezcla de música instrumental con texturas y efectos electrónicos, que tiene principalmente dos líneas diferenciadas: por un lado está el estimulante tema que suena por primera vez en la fiesta posterior a la gala, antes de ir a la isla, donde se mezclan la elegancia y clasicismo de las cuerdas con una base rítmica moderna y exótica. Es utilizado como una capa de alegría y glamour que impide ver la realidad del mundo en el que entran las chicas protagonistas. Suena en un par de ocasiones más, pero no tiene un arco definido y acaba desapareciendo en favor de las canciones preexistentes. Por otro lado están las músicas para generar tensión y atmósfera malsana. Es interesante una especie de pulso electrónico que reverbera con Frida a medida que va sospechando y descubriendo la realidad de lo que ocurre en la isla. Es un motivo que tenía un gran potencial y podría haberse desarrollado en algo superior a medida que se descubre el misterio y se expone el verdadero tema de la película (que no desvelaré para evitar spoilers), pero es una línea musical que no conduce a nada y queda como un mero efectismo, estancado en su potente pero simple propuesta.
La cinta cuenta además con un oscuro y arriesgado toque de humor negro, que va creciendo hacia el final del metraje, aspecto en el que la compositora incluye algunos golpes musicales, a modo de parodia de los típicos jumpscares del cine de terror, así como un tema de cuerdas herrmannianas que es totalmente diferente al resto de la banda sonora, quedando como una pequeña y aislada excentricidad dentro del conjunto musical repleto de músicas electrónicas y canciones funky.