Después de despertar de un coma, un joven se reúne con sus amigos, a quienes no recuerda, en la casa de su difunto padre.
El compositor aplica una música hecha sustancialmente con instrumentos de cuerda que enfatizan el misterio y aportan calado dramático. Se mantiene estable a lo largo de la película aunque generando una tensión moderadamente creciente hasta su resolución final.