Una joven adolescente e impetuosa reside en un castillo como una de las personas de confianza de la Reina. Su personalidad no pasa desapercibida ante los ojos del Príncipe Hamlet, a quien conquista rápidamente. Ambos se enzarzan en un apasionado romance secreto mientras su reino se encuentra al borde de entrar en guerra.
El compositor aplica un buen tema principal y, luego, el completo vacío. Esta no es una banda sonora de época, aunque sí haya referencias e instrumentación que enraizan en el período, pero sustancialmente es una creación moderna para -es la pretensión- acercarse a un público moderno. Nada hay objetable en ello. ¿Pero no podía hacerse con alguna música interesante? El tema principal es llamativo y cálido, una suerte de fusión entre Bruno Coulais y las músicas del Cirque Du Soleil, pero más allá de lo dulce, agradable y bonito no hay nada más en esta melodía protagonista, una música estética, para gustar, pero que nada explica. En lo que no es el tema principal, solo hay relleno, sin nada interesante que resaltar.