Usuario: Ángel González
Fecha de publicación: 21.10.2017
A Lonewolf McQuade no la considero una buena película, y no solo por Chuck Norris: grandes películas con parte actoral con cara de piedra, las hay (Charles Bronson, en Once upon a time in the West ...). Pero tiene algo que le agradezco: su homenaje al western europeo y, más en concreto, al de los Sergios: Leone, Corbucci y Sollima.
El homenaje siempre busca empatizar con un tipo de público que ya ha probado con satisfacción propuestas precedentes, pero fuera de su apogeo. Eso sí, necesita un trabajo de planificación importante para no caer en las trampas del homenaje,e pues se trata de intentar revivir un formato de películas ya pasado. El plagio puro y duro comparte objetivo con el homenaje, pero solo copia, no enriquece. El buen homenaje referencia, no copia, y aporta gran información con sutiles informaciones que lo conectan con sus referentes y todo lo que llevaron consigo a nivel fílmico, pero también incluso a nivel sociológico.
El gran acierto de Lonewolf McQuade lo aporta su música. De Masi crea un homenaje al western europeo brillante, porque no es copia (aunque el silbido de apertura o la armónica de cierre del tema central en los créditos iniciales lo sugiera). De Masi plantea un duelo musical maravilloso entre el bueno y el malo, entre lo heroico y lo ruín, e incluso entre géneros (el western y la acción de patada al aire).
Y de repente una película de arquetipos se carga varios estereotipos. David Carradine ya no es el pequeño saltamontes, es el villano, y su música ni siquiera es un leitmotiv y muchomenos un contratema: es un sonido, un sintetizador analógico que suena deliberadamente cutre, ruín, y que referencia a las películas de acción también cutres que proliferaron gracias en parte a Chuck Norris.
Por oposición ahora Chuck es un héroe, con el sentido bíblico de aquellos western italianos. La música lo dignifica y magnifica desde el primer momento que aparece, para que no quede duda. El western también pasa a ser el héroe en el combate musical ante el género de acción setentera-ochentera. De este modo la película se reivindica diciendo a la gente: oye, que soy especial, que no soy una más de Chuck Norris.
De Masi además consigue un gran efecto descriptivo. Es casi un cómic musical (por lo que ilustra) en algunos momentos. Me explico: escena final, como más evidente y lamento los SPOILERS:
Dibuja completamente la escena y claramente la mejora. Arranca un órgano, y el momento venganza bíblica ya está contextualizado. El sintetizador empieza cobrando mayor presencia y es que el combate por puntos lo va ganando Carradine. El momento sigue aderezado con música de acción, y entonces el leitmotiv del tema principal aparece cuando es Chuck quién toma la iniciativa. Suege luego la música destinada a Lola (el amor de Chuck, y que en algún momento del filme parecía el Vocalise the The ninth gate), quien aparece en escena. Ya la ha liado parda Carradine: más rabia y venganza para Chuck, que se acaba imponiendo en el duelo final con la plenitud orquestal de la música del héroe. El western europeo ha vencido claramente, pero ya todos íbamos de su parte porque musicalmente De Masi nos había llevado adonde quería.
Como siempre es solo un opinión. Poca información hay al respecto en la red. Saludos.