Un chico de quince años que queda solo al morir su padre emprende junto a un caballo de carreras robado un viaje en busca de su tía, de la cual no tiene noticias desde hace tiempo.
El compositor aplica una banda sonora ambiental que recrea entornos nebulosos, crípticos, con los que se enfatiza una impresión de soledad y vacío, y en ese contexto inserta elementos dramáticos moderadamente afligidos.