Cuando un niño cree que su familia se resquebraja y pierde la fe en la Navidad despertará la ira del Krampus, un ser mitológico que decide acechar junto a sus criaturas al niño y sus parientes para atormentarles las fiestas y hacerles vivir, literalmente, un infierno.
El compositor aplica una banda sonora sinfónica que saca provecho de los recursos musicales navideños para hacer una creación enfática, humorística, algo elfmaniana, y aunque no llega a ese nivel cuenta con momentos brillantes. Gira en derredor de un notable tema principal al que otorga diversas variaciones (algunas corales) y que atribuye al poder maléfico de la bestia y sus criaturas. Se contesta con temas dramáticos y líricos, menores, para los humanos. Pero en su conjunto es una banda sonora algo desequilibrada, que acaba en cierta rutina y monotonía.