Filme de animación. Cuando un joven naufraga en una remota isla del Pacífico, lucha por sobrevivir solo. Pero, ¿y si no está solo?
En esta hermosa película que explora temas como la amistad, el poder de la naturaleza, el valor de la supervivencia y la tolerancia y compasión, el compositor aplica una música que recorre el filme pautando los acontecimientos (que abarcan desde la excitación al miedo) y sobre todo contribuyendo a reflejar la madurez del protagonista, tanto en solitario como consecuencia de su amistad con el anciano ex soldado nipón. Hancock muestra al niño en su sencillez y pureza y al adulto en su complejidad y quiebros, y de la simbiosis que se genera musicalmente entre ambos surge la parte más profunda y conmovedora de la música. También hay momentos para la tensión o la acción en su sentido puro, como en la escena de los cazadores furtivos, pero el elemento absolutamente protagonista en la banda sonora es la contundente declaración de positividad que se refleja en el maravilloso tema principal.