Un niño huérfano vive escondido en una estación del París de los años 30 y se ocupa de los relojes. El chico se verá envuelto en una misteriosa aventura cuando intente reparar un hombre robot.
El compositor aplica una partitura exquisitamente refinada y elegante que desarrolla en tres niveles bien definidos y sólidamente estructurados: en primer lugar música de aire parisino en el que aúna lo evocador y nostálgico con un moderado tono alegre y festivo, muy colorido. En segundo lugar, temas para la acción y para la recreación de un ambiente irreal y mágico también afrancesado, pero más universal. Finalmente, una parte dramática de cuidada belleza donde se destaca un excelente tema principal. El compositor integra el sonido del reloj, saca máximo provecho de instrumentos como el acordeón, y dota a toda su creación de una gran solidez estética y estructural. Muy brillante.