Falso documental sobre unos expedicionarios que, de viaje por el Amazonas, son atacados por una tribu de indígenas y devorados, con las cámaras recogiéndolo todo.
Para este peculiar y violento filme, el compositor escribió una dulce melodía como tema central, que acompañó los paisajes amazónicos de los créditos del principio, dando un cariz bucólico que, obviamente, no se correspondía con la cruda y sangrienta realidad que se expondría en la película. Curiosamente, esa misma música es la escogida, en un momento concreto, por los que reconstruyen el material filmado, de modo que el tema tiene presencia argumental. En lo que resta, la música es agresiva y de sonoridad agreste, para acompasar las matanzas.
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