Las vivencias de Paul Gauguin cuando viajó a Tahiti para encontrar inspiración.
El compositor firma una creación dramática y ambiental que se desarrolla apaciblemente generando una impresión de moderada nostalgia y evocación, también lírica, con empleo de electrónica y la música étnica. Es una banda sonora más de contemplación que de narración, variada en temas y agradable.