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FRENÉTICO

INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA
Compositor: Morricone, Ennio
Sello: Film Score Monthly
Duración: 69 minutos
INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
Título original: Frantic
Director: Roman Polanski
Nacionalidad: Reino Unido
Año: 1988
ARGUMENTO

Un médico y su mujer viajan a París para asistir a un congreso. La mujer desaparece de manera extraña y el marido empieza a investigar.

PUNTUACIÓN MUNDOBSO
7
PUNTUACIÓN USUARIOS
8
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Total de votos: 14
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COMENTARIO MUNDOBSO

Partitura de suspense que arranca con un poderoso tema apoyado en contundentes percusiones, guitarras eléctricas y ritmos pop, muy melódico, y que prosigue con una sucesión de elaboradas melodías que refuerzan los aspectos más intrigantes y también los líricos.

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comentarios de los USUARIOS Deja un comentario
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Usuario: Ángel González
Fecha de publicación: 17.05.2022
Tras el punto de inflexión que supuso The mission, Morricone recibe numerosas propuestas, y su presencia en la industria norteamericana cobra gran protagonismo entre los últimos años 80 y la primera mitad de los 90. El resultado son algunas bandas sonoras que me parecen muy buenas o directamente sublimes (Casualties of war, como cúspide, en mi opinión), y pocas las que estimo decepciones (Disclosure). En esa época de buenos vientos se cuelan algunas obras creo que infravaloradas como la maravillosa Wolf o esta Frantic.

Roman Polanski venía de afrontar un tropezón épico con Pirates. Con Pirates, por cierto, finaliza su relación con el compositor Philippe Sarde, que tan buenos resultados le había deparado en Le locataire y Tess.

Frantic no está entre las películas más aclamadas de su director, pero creo que es un título a reivindicar por lo que me parece una brillantísima primera parte, hasta la genial escena de los tejados. Luego, a mi entender, hay un bajonazo muy considerable. En cualquier caso es una película que he revisionado varias veces y me fascina esa puesta en escena sobria y discreta, y ese sarcasmo implacable (a veces muy soterrado) con el que trata a París.

Polanski se encuentra a gusto aquí, pues le encantan los personajes en el límite de la cordura o sujetos a un alto -digamos- estrés emocional, atrapados en un entorno del que le resulta imposible escapar (Rosemary’s baby, Le locataire, por ejemplo). En este caso, contrapone el proceso de desmoronamiento interior y el retrato de una ciudad “trampa”, con unos personajes (ej: policía, jefe de seguridad del hotel, embajada de Estados Unidos) que casi configuran un aquelarre de lo absurdo, entre la rutina, la burocracia y el excepticismo.

Esto creo que es muy importante para abordar el análisis de la banda sonora, porque a la Ciudad de la Luz Polanski la pinta como una ciudad oscura y urbana, lejos del estereotipo romántico (imagen idealizada que el protagonista y su esposa también tenían de su anterior visita a París).

Morricone opta por atrapar a ambos con su música. Parte de un tema principal estupendo, que da arranque a la pelicula, y que supone la llegada a París del doctor Walker y Sondra, su mujer. Este tema principal ofrece una melodía bien definida, un tanto afligida (que representa especialmente al doctor Walker, pero también a su mujer), envuelta en una base rítmica y urbana que la transforma, con un protagonismo atípico y excelente del bajo eléctrico. El tema principal solo se expondrá nuevamente en su forma completa al final de la película. La melodía, en cambio, sí aparecerá, pero de forma cauta o transformada, difuminada durante todo el proceso de búsqueda de su esposa desaparecida, y casi siempre "vigilada" y matizada por el bajo eléctrico. Mi opinión es que ese bajo y esa base rítmica atrapa a la melodía principal, no la arropa, y será la amenaza constante de un París “poco adorable” que es casi como una telaraña.

Aunque para mí el toque de gracia de Frantic lo da un tema aparentemente secundario, que se cuela por la puerta de atrás. Una melodía para acordeón a ritmo de “musette” o vals francés que suena en tres momentos del filme (creo recordar), y que resulta determinante para transmitir la visión de Polanski.

La primera vez que aparece es tras el tema principal de los créditos iniciales. La pareja llega a París, donde comienza a sonar esa música afrancesada, y se encuentra con un camión de la basura que obstaculiza el paso. Aparentemente es un hecho sin importancia, una anécdota. Pero que el camión de basura cierre la película ya no es casualidad. Polanski no es complaciente con París, sino claramente sarcástico. Ese tema de Morricone, en aquel primer momento, luce luminoso, pero realmente no es lo que parece.

El segundo momento en que aparece es el punto álgido de la película. Para mí sin duda es la mejor escena: la de los tejados y la maleta. Y aquí Morricone hace asomar tímidamente y transformada la melodía del tema principal, con música no especialmente tensa pero sí que te mantiene en vilo, expectante, aguantando la respiración. Entonces, ante las crecientes dificultades del doctor en los tejados, reaparece la melodía de acordeón, para corroborar que este París es la trampa de la que hablaba antes. Es la ironía de mostrar un espacio traicionero, pero revestido de esterotipo con encanto.

El tercer instante en que surgirá esa melodía es la confirmación de todo lo anterior, y con puntilla. La película ya prácticamente ha terminado y Richard y Sondra Walker regresan en taxi tras el (flojo) clímax final, topándose nuevamente con un camión de la basura, como al inicio de la película. El tema principal vuelve a surgir como al principio, pero su significado ha sido transformado: ahora sí se ve que la melodía (el doctor Walker y su esposa) estaban cautivos de la música urbana con la determinante presencia rítmica y punzante del bajo eléctrico (París) que resuena algo a Le marginal, por cierto. Pero vale la pena quedarse hasta el final de los títulos de créditos por la música de Morricone.

El tema principal cambia de rumbo mediados los créditos finales. La melodía persiste pero ahora es tocada por el acordeón, a ritmo de vals. Y llegado un momento dicha melodía principal cede el lugar a la melodía afrancesada (el tema secundario), claramente percibida ahora de un modo amargo y sardónico. Y por último, ese tema cesa pero no el acordeón, que nuevamente retoma la melodía principal siguiendo el ritmo de “musette”. El protagonista y su esposa han sido “atacados” por París, que finalmente los ha derrotado y la música nos lo explica de forma inteligentísima, en mi opinión.

Me encanta. Qué más puedo decir.
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