Novena entrega de The Fast and the Furious (01), en la que el protagonista ha de enfrentarse a su pasado si quiere salvar a quienes más quiere.
Nada hay en esta nueva entrega del compositor que tenga interés y que no haya sido hecho con anterioridad en la saga. Es sustancialmente una concatenación de fuegos de artificio, gran producción musical, mucho espíritu zimmeriana y completa irrelevancia musical. Es una banda sonora que es más de lo mismo, básica y rutinaria, que sirve para el frenesí y el énfasis, y que por su sobresaturación es irrelevante allá donde pretende ser relevante. La parte dramática es aún peor.