Drama en el que una posesiva mujer intenta utilizar a su hijo en contra de su marido.
Partitura que fue en su momento severamente alterada y masacrada por el productor, quien cambió piezas del lugar en las que habían sido insertadas por el compositor y el director, haciendo que perdiera buena parte de su sentido. Había escrito una partitura romántica, con inserción de toques de jazz, para dar al filme un tono melancólico y dramático, pero lo que quedó finalmente fue un apaño romántico efectista. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio The Valley Of Gwangi: The Classic Film Music Of Jerome Moross (95).