Fábula medieval con castillos, princesas y un poderoso dragón, al que un héroe ha de combatir para rescatar a una bella dama.
Lejos de escribir una partitura accesible y efectista (tan al uso de las películas más comerciales de Hollywood), el compositor optó por una banda sonora de carácter impresionista, muy elaborada y sofisticada, que evitaba un tratamiento melódico simple en beneficio de una recreación atmosférica en la que primar un entorno mágico algo críptico, oscurantista. Naturalmente, concedió espacio para melodías románticas, no menos elaboradas, y en esta banda sonora empleó parte del material que le había sido rechazado en 2001: A Space Odyssey (68).