Reseña de Javier González:

Esta es una de las propuestas televisivas más originales y únicas del año, una comedia dramática sencilla y humana enmarcada en un mundo distópico rebosante de ideas absurdas a la par que geniales. El compositor enfoca la partitura desde la emoción y los sentimientos de los personajes, sin grandes intenciones narrativas, con músicas de notable calado emocional que evocan tristeza y melancolía. Lo consigue sin artificios y pocos instrumentos, principalmente el piano para los pasajes más dramáticos, con melodías limpias y sencillas, muy características del compositor sevillano. Por otro lado, hay una serie de temas interpretados con vientos madera, incluido el tema principal, que poseen un toque cómico y transmiten cierta apatía y extrañeza. Estas músicas tienen una doble intención: si bien ayudan a describir el curioso y surrealista universo artístico de la serie, también transmiten una sensación de algo intangible, que se desvanece en el aire, en referencia a la paulatina desaparición e invisibilidad de la protagonista.