Adaptación de la novela de García Márquez sobre la vida en la miseria de un matrimonio de ancianos que aún esperan un golpe de suerte.
En su tercera colaboración con Arturo Ripstein, el compositor vuelve a hacer gala de su gran delicadeza en el arropamiento de seres abatidos y desolados, a los que, con su música, confiere de una gran dignidad pese a sus circunstancias adversas.
Este filme arranca con una preciosa melodía y sigue con emotivos temas en los que el acordeón y el bandoleón son los instrumentos protagonistas. La partitura no pretende tanto la evocación del lugar donde transcurre la acción como, precisamente, equipararse en sencillez y humildad a los personajes, impidiendo el sentimiento de piedad en los espectadores y remarcando, por el contrario, el trasfondo de entereza y nobleza de los que más padecen.