La destrucción del mito del hombre seductor a través de la mirada de Fellini y de un abanico extenso de distintas mujeres.
Muerto Nino Rota, Fellini encargó a Bacalov la creación de una partitura jazzística, cálida, distinta a la que solía ser asociada al cine del director. El compositor argentino cumplió con el cometido y elaboró una serie de melodías (especialmente su bello tema principal) con ese estilo mayoritariamente.