Espectáculo del grupo circense en torno a la historia del cine.
El encuentro entre Danny Elfman y el Cirque Du Soleil era solo una cuestión de tiempo, en tanto los mágicos mundos que el grupo canadiense ha mostrado a lo largo de su extensa carrera iban acompañados por músicas también mágicas, a cargo de otros compositores. Elfman respeta la tradición musical de los espectáculos y firma una banda sonora en la misma línea estética, pero a su vez esta es una creación puramente Elfman, lo que evidencia que solo era cuestión de tiempo que ambos caminos se cruzasen. Libre de las exigencias narrativas de la música para el cine, el compositor se expande con una creación muy variada, rica en matices, en la que se combinan aires circenses, otros evocadores, también humorísticos y étnicos. A buen seguro, quien tenga la oportunidad de ver el espectáculo en directo se dejará hipnotizar por la magia de la música del compositor.