La vida en un convento de clausura se altera cuando las monjas deben hacerse cargo de una niña recién nacida a la que su madre ha abandonado.
Bella creación que sirve tanto para reflejar un estado de calma y tranquilidad como para facilitar el paso del tiempo en el argumento del filme. Se apoya en base a tres temas, dos muy románticos y un tercero que parte de una melodía tradicional irlandesa. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Manuel Balboa. Música cinematográfica (97).