Serie televisiva basada en la trilogía de Anne Rice, sobre una joven neurocirujana que descubre que es la heredera de una familia de brujas. Mientras lidia con sus nuevos poderes, deberá enfrentarse a una presencia siniestra que ha perseguido a su familia durante generaciones.
Reseña de Javier González:
Tras Interview with the Vampire (22) esta es la segunda serie televisiva del denominado universo inmortal de Anne Rice, creado por el canal AMC. Son adaptaciones de las novelas de la escritora de Nueva Orleans que no van a pasar a la Historia por sus guiones o efectos especiales, pero las músicas sí destacan, así como el vestuario o la dirección artística, como uno de los elementos más cuidados y logrados de este universo. Will Bates no llega al nivel de profundidad dramática y belleza alcanzado por Daniel Hart en la primera serie, aunque su trabajo es más ambicioso, con mayor presencia y número de temas musicales, y también es algo más caótico e irregular.
El tema de los créditos iniciales es extraordinario porque en él confluyen prácticamente todos los elementos que luego se desarrollarán en los capítulos de una u otra forma: la importancia de la voz femenina, misteriosa y sensual, los ritmos y percusiones del lugar donde se desarrolla la historia, el uso de las cuerdas, así como elementos electrónicos que aportan una sensación de extrañeza y caos. Estos son algunos de los otros temas destacados:
El tema de Lasher, el demonio o espíritu que quiere controlar a Rowan. Es enigmático y misterioso, también manipulador y seductor. Juega acertadamente con cierta ambigüedad, ya que podría ser un tema de amor romántico o de dominio y posesión. Su melodía es utilizada en el conjuro que las brujas realizan para invocarlo.
Hay otras músicas menos relevantes, como son todas las músicas tóxicas con elementos electrónicos que aportan caos y peligro, especialmente en los últimos capítulos de la temporada con los cazadores de brujas. Hay también un aparente tema de amor para Rowan y Ciprian, el investigador de Talamasca que ayuda a la protagonista, pero sólo es utilizado en una ocasión y cabría esperar una mayor presencia en la segunda temporada. Por otra parte, es muy importante el uso de las músicas del entorno geográfico, con percusiones caribeñas y jazz de Nueva Orleans, que aportan a la historia tanto el ambiente festivo de la ciudad, así como su elemento tradicional e incluso arcaico. Los momentos más destacados de toda la partitura utilizan este recurso mezclando la música diegética con la extradiegética de forma muy inteligente, como ocurre en la fiesta del primer capítulo, donde Deirde es seducida y engañada:
Desgraciadamente, el planteamiento musical va de más a menos a lo largo de la temporada, estableciendo numerosos temas y una base muy interesante en los primeros capítulos, pero volviéndose cada vez más oscura y atmosférica, también más imprecisa en la utilización de los temas, dejándose llevar por el irregular desarrollo de la serie, que no termina de encontrar un ritmo adecuado y pierde interés. Bates no consigue rematar musicalmente la historia, aparentemente dejando el arco musical de varios temas incompleto, al menos de momento, hasta que la segunda temporada diga lo contrario.