Un programa de televisión infantil tiene un solo espectador, un hombre cuya vida cambia cuando el programa termina de golpe, y se propone terminar la historia él mismo.
Sencilla pero eficiente banda sonora en la que hay música para el entorno de la fantasía, con ciertos aires de magia, y otras sentimental e intimista para el personaje protagonista. Es dulce, variada en temas, y con bellos momentos, aunque no va más allá de eso.