En esta tercera entrega de la saga, Christopher Drake releva a Nick Arundel y Ron Fish, que hicieron un magnífico trabajo en “Arkham City” en el cual crearon una atmósfera gótica digna del cómic, con unos temas de acción sinfónicos y corales, épicos a más no poder. Esta nueva entrega, que se trata de una precuela, si bien logra un decente resultado no llega a ser tan notable como su antecesora. Por un lado es interesante porque, siguiendo un enfoque de atmósfera parecido, el compositor crea una vorágine de temas de ambiente y acción, que destacan por ser muy violentos en lugar de épicos y melodiosos, una cualidad que creo bastante acertada por tratarse del inicio cronológico de la saga, donde de alguna manera ese caos de violencia se iría ordenando en las sucesivas entregas, que de hecho ocurre, o al menos así es como yo lo interpreto. En lo que respecta a la música, es una obra que en ocasiones bebe descaradamente del Batman de Zimmer, con unas sonoridades ya muy vistas pero también con momentos interesantes. También llama la atención la inclusión del “Carol of the Bells” reinterpretado por el compositor, situando la acción en la época navideña tal como sucede en el juego. En conclusión, el resultado final es bastante bueno, mucho mejor de lo que esperaba en un principio tras ponerlo varias veces y haber probado el juego, pero me quedo con la incertidumbre de si los compositores de “Arkham City” habrían hecho algo mucho mejor.