En el pequeño pueblo de los irreductibles galos, Lunátix, joven guerrero, está enamorado de la princesa griega Irina y osa desafiar a Bruto, que también compite por el favor de la princesa. Los dos se enfrentarán en los Juegos Olímpicos por su mano y con Astérix y Obélix irán pasando todas las pruebas para dar una buena lección al César.
Partitura sinfónica, ampulosa, que sirve a los propósitos de aderezar lo espectacular y también dar un tono cómico, desenfrenado. Hay variedad temaria, pero destaca un tema principal, reiterado, que sintetiza el espíritu jocoso de toda la obra.