Una mujer es sospechosa del asesinato de su marido, y el hijo ciego de ambos se enfrenta a un dilema moral como único testigo.
La película incluye música clásica de Albéniz y Chopin, entre otros. Lo más relevante es la música que toca el niño al piano y que se proyecta fuera de la diégesis, para remarcar sus dudas y cuestionamientos.