Serie televisiva ambientada en el Siglo XXV, cuando las personas ya no mueren sino que sus mentes y consciencias son transferidas de un cuerpo a otro... un detective se ve envuelto en una enorme conspiración.
Esta es una banda sonora bastante insípida que pretende recrear un entorno futurista, deshumanizado, al modo de tantas otras películas o series, pero aquí con música correcta pero sin alma ni aura, tampoco en la parte dramática. Su inexpresividad comienza siendo un beneficio pero por su monotonía un lastre para la propia serie, una vez esa sonoridad acaba por ser rutina.