Las hazañas de un piloto que pretende evitar el robo de unas cabezas nucleares por parte de un compañero traidor.
El compositor acompaña las aventuras del filme con su personal estilo musical, en base a sonoridades muy contundentes que generan un ritmo ágil y vibrante, con un tono cercano a lo épico que consigue con melodías contemporáneas, con la ayuda del sintetizador, guitarras, percusiones y la harmónica.
Los diferentes temas sirven también para enfrentar musicalmente a los dos personajes antagónicos, pero el compositor le otorga al villano las melodías más dulces (en concreto, una sustentada en tres acordes de guitarra), precisamente para evitar lo que podría ser demasiado obvio y convertirlo, así, en un ser más endiablado.