Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 17.09.2018
Apreciado Mario; aunque entiendo lo que quieres decir, sigo sin estar muy de acuerdo jeje... Coincido contigo en que el disco es una tortura, al tratarse de música sin vida, clínicamente muerta. Pero en la película (para mí) la cosa cambia y bastante. Es una creación musical extremadamente gélida (no olvidemos que estamos en un pueblo en la nieve) y estridente que se adhiere con acierto a las imágenes y multiplica su efecto devastador. Como ya dije (y tú también has comentado) no hay estructura ni temas reconocibles... pero es eso precisamente lo que la convierte en una banda sonora más truculenta, más visceral. Frente a muchas partituras actuales de terror que siempre cuentan lo mismo, esta pieza tiene cierta personalidad y se entrega por completo a las necesidades del film; ambientando el horror mediante una música siniestra que, en mi opinión, resulta muy notable y eficaz. El primer tema de la pieza, "Prelude/Last Day Of Sun" es ya toda una declaración de intenciones por parte del compositor. Una estridencia inicial (emulando, como ya comenté, el aullido de los vampiros) da paso a una repetitiva cadencia que se vuelve enfermiza y pone de los nervios. "Vampired Johnny" es otro tema que incrementa la perturbación de la escena en la que aparece. Desasosegante y críptico, es un momento de puro terror que sacude los sentidos, y que cuenta con la hábil intervención de una resonancia que suena al mismo tiempo que el protagonista acaba con su amigo (ahora convertido en vampiro) a base de hachazos. Una escena acojonante, de nuevo elevada gracias a la música. Por su parte, los dos últimos temas de la banda sonora, "Overture" (que recupera la repetitiva cadencia del comienzo) y "Underture", suponen una interesante despedida del score y la constatación de que el autor no se ha andado con blandenguerías. Pues de principio a fin, esta es una creación tóxica, destructiva, muy atmosférica, en la que no hay cabida para las emociones humanas.
Como decía, y en eso sí coincido con Mario, la experiencia de escuchar la música en el disco se antoja enfermiza; pero como banda sonora me sigue pareciendo muy apropiada y bastante útil... Tomemos por ejemplo "Entrevista con el vampiro" (probablemente mi peli de vampiros favorita) y su sublime música, a cargo de Elliot Goldenthal. Nada tiene que ver con "30 días de oscuridad", pero ahí está precisamente la clave, pues se trata de dos películas muy diferentes que requieren cada una su propia música. La pieza de Goldenthal no encajaría ni a tiros con el tono y la brutalidad de "30 días de oscuridad", y lo mismo ocurre con la banda sonora de Brian Reitzell, la cual no funcionaría con "Entrevista con el vampiro". Es lo que tiene la diversidad en la música de cine. Hay muchas formas de hacerla. La clave es dar con los requisitos del film en cuestión y saber aportar con el score una dimensión dramática que lo enriquezca. En ese aspecto, la banda sonora de Brian Reitzell para esta película creo que es más que digna.
Nos vemos!