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En MundoBSO queremos dedicar nuestro espacio al mundo de la música para la publicidad, un apartado importante en la música para el audiovisual y que esá muy presente en nuestras vidas. La publicidad tiene el objetivo primordial de vender, no de entretener, y por tanto la música forma parte de la estrategia. Sucede que hay incontables modos de hacerlo, pero en todos ellos la música debe cumplimentar un doble objetivo: cumplir con las necesidades del anuncio y ser herramienta para colocar el producto en la audiencia.
Dani Trujillo es un experimentado compositor en este medio. Con él mantuvimos una charla en el Café MundoBSO, en junio de 2020, a la que por su alto interés instructivo nos remitimos. De Trujillo hemos escogido para este primer artículo dos anuncios, que posicionan la música en direcciones opuestas: uno va del anuncio a la audiencia y el otro a la inversa, de la audiencia al anuncio.
En este anuncio Trujillo aporta tranquilidad y confianza sobre el producto que se está vendiendo. La música está claramente en la historia y en su desarrollo, con las elipsis unificadas gracias al piano y un crescendo que lleva hasta la conclusión y el nombre del anunciante. El mensaje que se transmite es unidireccional: la audiencia en ningún caso podría atribuir esta música al anuncio porque lo que está haciendo el anuncio es explicarle a la audiencia cuáles son las ventajas de lo que anuncia. Es puro márketing.
Es evidente que la música aquí también forma parte del contexto y, por tanto, procede del anuncio y llega a la audiencia mostrando la felicidad de quienes aparecen. Pero en este caso sucede también al revés, pues aporta un tipo de emoción y sentimiento que la audiencia conoce, con la que empatiza y que también desea: la tranquilidad, la despreocupación, la felicidad. De alguna manera, ayuda a que la audiencia entre en el anuncio, que quien lo vea desee formar parte en su vida real de lo que este refleja porque la música es conocida, es comprendida y sobre todo es anhelada.
Continuaremos!
