Cuando se asigna a un personaje un tema musical es para completarlo y hacerlo más explicativo ante la audiencia de la película. Ese tema musical puede ser conocido o no por el personaje, según tenga aparente control sobre el mismo o que sea el tema quien controle al personaje. Ejemplos del primer caso se aprecian en la protagonista en The Shape of Water (17) o en el antagonista en Up (09). Ejemplos de lo segundo, muchísimo más frecuentes, los vemos en Joker (19) o en Taxi Driver (76), por citar tan solo un par de ejemplos. Sea o no conocido o controlado por el personaje, el tema musical que se le atribuye ha de ser necesariamente tema central, dado que asume tareas narrativas.
En otro artículo fueron explicadas las dos categorías de temas relacionados con personajes: Música de o para personaje. Resumiendo, música de personaje es interior, la que se ubica piel adentro, en su mente, sus emociones, sus pensamientos... música para personaje es exterior, se posiciona piel afuera, no está ni en su mente ni en sus emociones ni en sus pensamientos, sino en el carácter, energía o en lo que transmita a su alrededor, o en cómo se le vea, y también en sus acciones. Ejemplos de músicas de personaje son incontables: los dos temas de Travis Bickle en Taxi Driver (76) o los dos de William Wallace/Braveheart en Braveheart (95) En el lado opuesto, los temas de James Bond, de Superman o de Indiana Jones son para los personajes: les pertenecen, pero no explican nada sobre sus emociones, sentimientos o pensamientos, aunque les dan mucho ímpetu y empaque. El tema de Darth Vader pasa de ser para personaje a de personaje cuando en Star Wars: Episode VI - Return of the Jedi (83) confiesa a Luke que es su padre y entonces sí suena expresando sus emociones. En otros casos hay una calculada ambigüedad: el contratema del emperador Cómodo en Gladiator (00) no se sabe con certeza si es de su retorcida mente o la del peligro que genera su poder en tanto no se sabe lo que piensa.
Un tema de personaje puede mantenerse siempre en ese plano interior, y por tanto ser calificado como música interna, puesto que nunca se proyecta hacia fuera. Pero puede suceder que sí lo haga, que siendo claramente de personaje vaya mucho más allá y se expanda e invada el espacio por donde el personaje circula o incluso a otros personajes, para bien o también para mal. Esto sería música de personaje no interna sino expansiva, y no debe ser confundida con la música para personaje puesto que esta, siendo exterior, no se relaciona con sus emociones, sentimientos o pensamientos sino con su aura, en tanto la de personaje, tanto en su plano interno (de dentro) como expansivo (de dentro hacia fuera) sí se relaciona con emociones, sentimientos o pensamientos. Veamos ejemplos:
Pero uno de los ejemplos más diáfanos de lo que es la música interna y expansiva de un personaje se encuentra en Teresa, el cuerpo de Cristo (07), donde Ángel Illarramendi compuso nada menos que tres temas centrales de personaje: dos de ellos internos y el tercero enormemente expansivo.