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Publicar un libro sobre música de cine en general pero más si es sobre un compositor en particular es una aventura de riesgo, especialmente económico, pero un empeño al que hay que dar apoyo si el trabajo cumple con unos mínimos exigibles de calidad y contribuye a sumar conocimiento, lo que no siempre es el caso. Pero el debate, la crítica constructiva, la confrontación de ideas es irrenunciable: nadie es autor de lo definitivo y siempre es bueno contraargumentar si con ello se avanza y sobre todo si la gente interesada se puede formar una opinión más completa por contrastada. El libro Jerry Goldsmith. Un camaleón musical (Kane ediciones, 2022), de Christian Aguilera, que comencé a comentar en el artículo anterior señalando los que a mi juicio son sus aspectos negativos más relevantes, suma a esa aventura de riesgo el que sea editado por el propio autor (a través de su editorial, recientemente creada), por lo que el dinero en juego no es el de una editorial con amplio catálogo que no arriesga tanto lanzando un libro de pocas ventas pues le prestigia y lo puede compensar con ingresos de otros libros. No es el caso de este, que además ha sido traducido (no gratuitamente) al inglés y que no va a tener una distribución ortodoxa. Con tantas cosas en contra y en juego, y porque el libro no solo sí cumple sino que rebasa con creces los mínimos exigibles, debe ser apoyado pero sin renunciar por ello (porque sería defradudar a quienes nos leen) a la visión crítica.

Como es obvio, de todos y cada uno de los comentarios expuestos sobre las bandas sonoras de Jerry Goldsmith puede abrirse debate, con acuerdos y con desacuerdos. No es posible hacerlo aquí ni tampoco es la pretensión, pero las referencias a este libro habrán de ser usuales cuando se entre a estudiar a fondo y al detalle cualquiera de las obras del compositor. Que forme parte de la bibliografía necesaria es mérito de su autor.

2.- Aspectos positivos

En el muy amplio océano de la música de cine son distintas las áreas de navegación que se pueden abarcar para explicar o analizar la música de cine cuando se trata de un libro sobre un compositor: la parte biográfica, la histórica, la musicológica y la cinematográfica. Todas son importantes pero esta última lo es más (con contadísimas excepciones) pues es el destino de todas las anteriores, la que explica el alcance dramatúrgico y narrativo de la música en la película. En las dos primeras Christian Aguilera es donde muestra sus mejores cartas, la tercera la delega y en la cuarta hay resultados dispares.

Yo no soy especialista en las áreas biográficas e históricas, requieren de un tiempo del que no dispongo porque lo invierto exclusivamente en la teórica y la cinematográfica, que ocupan todo mi interés (y no doy abasto con ellas). Por tanto, cuando hay solvencia, rigor y profesionalidad en las explicaciones biográficas e históricas las celebro. No conozco más que superficialmente la vida de Goldsmith y desconozco bastante lo que son los prolegómenos en cada una de sus películas, así como me son ajenas las circunstancias en que fueron creados los filmes y las relaciones con los directores. Salvo que alguien con más conocimiento pueda aportar alguna contradicción lo que expone Aguilera en esas áreas resulta prolijo, lleno de datos de interés y con abundante información. Es, evidentemente, consecuencia de su propia trayectoria profesional, de su conocimiento del cine y del buen manejo de la investigación. En las introducciones de cada una de las películas sus aportaciones sirven de estupenda guía para entrar en ellas.

La parte musicológica ha sido delegada en el compositor Jaume Carreras, que da unas pinceladas generales sobre Goldsmith en relación al contexto histórico-musical en el que vivió, unas reflexiones sobre su creatividad y luego amplias disertaciones musicales sobre Freud (62) y más breves sobre la vinculación del compositor al cine bélico y acerca de Planet of the Apes (68). Y nada más. Resulta algo extraño porque son textos que, aunque del todo interesantes, no funcionan integradoramente con lo que es el libro por abarcar parcelas muy limitadas. Puede ser que quien lea a Carreras argumentando musicalmente Freud o Planet of the Apes y le guste lo que lee no comprenda su desaparición en el resto del libro. En todo caso, su rol secundario en el libro es de Oscar.

En el artículo anterior señalé películas cuyos análisis cinematográficos o me parecían desacertados o incompletos. Los hay, también, que son encomiables. No es relevante, en este tipo de libros, que los análisis sean genuinos o sean la puesta a punto de análisis ajenos, pasados por el filtro del autor. Sería relevante en todo caso que fueran fusilados y sin acreditar, lo que lamentabemente sucede en todos los ámbitos, pero no es este el caso. Hay comentarios muy comunes, como los de Patton (70) o Alien (79) cuyos rasgos generales se encuentran en otros textos pero que aquí están muy bien explicados y ampliados, pero también los hay más personales, como todo el estupendo apartado que se dedica a los western o el que dedica a Planet of the Apes, también notable e ilustrativo.

Me parece interesantísima la aportación que hace respecto a The Boys from Brazil (78), en particular en lo que respecta a la vinculación a Mengele de la tuba Wagner, el siniestro motivo que aparece en créditos iniciales dentro del vals. En el análisis que yo hice (ver vídeo) -y con el que, por obvio, el texto de Aguilera es bastante concordante-, yo no lo vinculé a Mengele pues, curiosamente, justo en su aparición en pantalla ese motivo no aparece. Pero creo mucho más acertada la perspectiva de Aguilera, que amplía y amplifica el poder del siniestro personaje. Deberé revisar y corregir el vídeo. Debería revisar también The Sand Pebbles (66) y Under Fire (83), pues hace mucho que no las veo, pero me parecen también reseñables sus comentarios acerca de ellas, así como el apartado dedicado al thriller, que es de mucho interés en películas como Chinatown (74), entre otras. Incluyo en este apartado de elogios sus repasos al cine de animación y las sagas de Star Trek y de John Rambo, con textos muy valiosos. Todas estas -y unas cuantas más- conforman un exhaustivo repaso al que se suman anexos muy completos con sus obras televisivas, bandas sonoras rechazadas, discografía, etc.

Este es un libro extenso e intenso, bien documentado y escrito, que destila amor al cine y a su música en general y desde luego a la de Goldsmith en particular. Aplaudo y muchísimo que Aguilera no haya llenado sus textos con títulos de tracks de las bandas sonoras, eso demuestra que hay quienes no los necesitan allá donde otros no pueden prescindir de ellos. Para explicar la música de cine es suficiente con hablar de la película, aunque algunas referencias discográficas ayuden. En algunas partes los textos se desvían algo de lo que es la razón de ser del libro y entran en consideraciones que, siendo útiles, lo serían más para libros de los directores, pero este no es un libro para leer sino para comprender (y en algunos casos, no todos, estudiar), y porque no hay absolutamente nada gratuito, nada sobra realmente.

Sería bueno que en futuras reediciones (y ojalá las haya) se mejoren los aspectos destacados como menos positivos. Se estaría algo más cerca de hacer de este el libro más completo del genial Jerry Goldsmith.

Nuestra puntuación: 8/10